Todos percibimos la realidad desde un punto de vista determinado y con condicionamientos.

Esto no quiere decir que no tengamos acceso a la realidad, las cosas existen, pero no podemos conocerlas independientemente de nosotros, no podemos separar al observador de lo observado, porque cada uno interpreta la realidad a su manera, cada uno con su historia, con sus modelos mentales, vive y la interpreta de un modo diferente.

Podemos decir que nuestra experiencia está filtrada por nuestro modelo de creencias, por nuestros modelos mentales. Que están profundamente arraigados por lo que influyen sobre nuestra manera de observar al mundo, y por lo tanto, también sobre la manera de actuar en el. Vamos con un ejemplo:

Había tres albañiles trabajando en una construcción. Una persona que pasaba se acercó a uno de ellos y le preguntó:

• “Qué está haciendo buen hombre? Estoy colocando unos ladrillos” contestó,
• “ Es un duro trabajo con el que gano el pan de cada día.”

Se acercó al segundo y reiteró la misma pregunta, a lo que el albañil respondió:

• “Estamos colocando ladrillos, construyendo juntos el lado norte de esta estructura.”

Finalmente le preguntó al tercero, quien ante la pregunta y con orgullo, dijo:

• “Coloco ladrillos ayudando a levantar la catedral más hermosa de mi pueblo.”

Los modelos mentales forman parte de nuestra existencia y van condicionando nuestras percepciones. Sobre esas percepciones habrá interpretaciones y estas a su vez, definirán las acciones.

Toda acción resulta del tipo de observador que cada uno es.

De acuerdo con el sentido que le demos a una situación, actuaremos de una u otra manera.

Es por ello que podemos percibir el mismo hecho de manera distinta, lo importante es que se puede aprehender a ser un observador diferente con una actitud que nos aporte más beneficio tanto en la vida personal como en la laboral.

Material acerca del coaching ontológico. R. Echeverría.